No es fácil hacer amigos. Y menos todavía cuando uno vive fuera o viaja mucho, porque seamos sinceros, se imaginan ustedes parando a alguien por la calle y diciéndole: Hola, ¿quieres ser mi amiga?
Como iba diciendo hacer nuevos amigos resulta muy difícil. Por eso hace unos meses cuando coincidí con una chica inglesa tomando unas copas me sentí súper identificada ante lo siguiente:
Chica de Londres: no tengo nada que ver con las chicas que conozco en Londres. Se pasan la vida de shopping y hablando de hombres. ¡No sé que decirles! Casi no tengo amigas de Londres.
Marieta: si ya sé, estuve allí un año y medio.
Chica de Londres: ¿Entonces conoces a la típica londinense?
Marieta: ¡si! Conocí a varias en el trabajo y en el grupo de amigos.
C.de.L: siempre que conocía chicas nuevas e íbamos a cenar o salíamos de fiesta intercambiábamos los e-mail prometiendo estar en contacto pero jamás me escribían. Es más ni siquiera contestaban a mis mails! (risas)
Marieta: (risas) me siento súper identificada, a mí me decían:
You’re so continental (no se si será bueno o malo). We have to keep in touch! Call me!
Se apuntaban mi número ¡pero nunca llamaban!!
C.de.L: ¡Nooo! (risas) a mí también me pasaba y luego me sentía tan tonta por creerlo, pero entonces conocía a otras chicas y vuelta a empezar.
¿Y para qué nos pedirán el número si no piensan llamar?
Y así siguió la conversación entre muchas risas, viejas vivencias, comentarios generales de la mesa femenina sobre los príncipes azules que van destiñendo hacia un color indefinido (esto es por si alguna todavía no se había dado cuenta) y multitud de daiquiris de frutilla*.
Le deje mi e-mail con la promesa de vernos de nuevo durante su estancia en Montevideo.
La Chica de Londres nunca me escribió.
* fresa
Como iba diciendo hacer nuevos amigos resulta muy difícil. Por eso hace unos meses cuando coincidí con una chica inglesa tomando unas copas me sentí súper identificada ante lo siguiente:
Chica de Londres: no tengo nada que ver con las chicas que conozco en Londres. Se pasan la vida de shopping y hablando de hombres. ¡No sé que decirles! Casi no tengo amigas de Londres.
Marieta: si ya sé, estuve allí un año y medio.
Chica de Londres: ¿Entonces conoces a la típica londinense?
Marieta: ¡si! Conocí a varias en el trabajo y en el grupo de amigos.
C.de.L: siempre que conocía chicas nuevas e íbamos a cenar o salíamos de fiesta intercambiábamos los e-mail prometiendo estar en contacto pero jamás me escribían. Es más ni siquiera contestaban a mis mails! (risas)
Marieta: (risas) me siento súper identificada, a mí me decían:
You’re so continental (no se si será bueno o malo). We have to keep in touch! Call me!
Se apuntaban mi número ¡pero nunca llamaban!!
C.de.L: ¡Nooo! (risas) a mí también me pasaba y luego me sentía tan tonta por creerlo, pero entonces conocía a otras chicas y vuelta a empezar.
¿Y para qué nos pedirán el número si no piensan llamar?
Y así siguió la conversación entre muchas risas, viejas vivencias, comentarios generales de la mesa femenina sobre los príncipes azules que van destiñendo hacia un color indefinido (esto es por si alguna todavía no se había dado cuenta) y multitud de daiquiris de frutilla*.
Le deje mi e-mail con la promesa de vernos de nuevo durante su estancia en Montevideo.
La Chica de Londres nunca me escribió.
* fresa
1 comentario:
vaya con las londinenses
recuerdo que una amiga que vive en N.Y me comentaba cómo le extrañaba que gente que desconocía la invitara a fiestas. Incluso estando en el metro una chica oriental le invitó a una fiesta. Y también em comentó la facilidad de compartir apartamento con desconocidos, claro, en Manhattan difícil es pagarse el pisito
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