03 febrero 2009

La ruptura

Hoy tuve una ruptura civilizada. De esas de adultos.

Vino temprano de mañana, preparó el desayuno mientras yo dormía, como muchas otras veces, y me despertó con un beso en el hombro.
Al cabo de un rato, sin apenas haber logrado conversar nada, dejó las llaves en el murito de la entrada, cogió el casco y se quedó en la puerta con la mirada triste. Le di un beso de despedida, de esos muy dulces y tiernos, para que no lo olvide nunca, y salí al balcón a fumarme un cigarrillo y ver como La Bestia salía de mi vida.

Tengo el regusto amargo de las cosas que quedaron pendientes.