12 diciembre 2006

Haciendo amigas

No es fácil hacer amigos. Y menos todavía cuando uno vive fuera o viaja mucho, porque seamos sinceros, se imaginan ustedes parando a alguien por la calle y diciéndole: Hola, ¿quieres ser mi amiga?

Como iba diciendo hacer nuevos amigos resulta muy difícil. Por eso hace unos meses cuando coincidí con una chica inglesa tomando unas copas me sentí súper identificada ante lo siguiente:

Chica de Londres: no tengo nada que ver con las chicas que conozco en Londres. Se pasan la vida de shopping y hablando de hombres. ¡No sé que decirles! Casi no tengo amigas de Londres.
Marieta: si ya sé, estuve allí un año y medio.
Chica de Londres: ¿Entonces conoces a la típica londinense?
Marieta: ¡si! Conocí a varias en el trabajo y en el grupo de amigos.
C.de.L: siempre que conocía chicas nuevas e íbamos a cenar o salíamos de fiesta intercambiábamos los e-mail prometiendo estar en contacto pero jamás me escribían. Es más ni siquiera contestaban a mis mails! (risas)
Marieta: (risas) me siento súper identificada, a mí me decían:
You’re so continental (no se si será bueno o malo). We have to keep in touch! Call me!
Se apuntaban mi número ¡pero nunca llamaban!!
C.de.L: ¡Nooo! (risas) a mí también me pasaba y luego me sentía tan tonta por creerlo, pero entonces conocía a otras chicas y vuelta a empezar.
¿Y para qué nos pedirán el número si no piensan llamar?

Y así siguió la conversación entre muchas risas, viejas vivencias, comentarios generales de la mesa femenina sobre los príncipes azules que van destiñendo hacia un color indefinido (esto es por si alguna todavía no se había dado cuenta) y multitud de daiquiris de frutilla*.

Le deje mi e-mail con la promesa de vernos de nuevo durante su estancia en Montevideo.

La Chica de Londres nunca me escribió.


* fresa

11 diciembre 2006

Crónica de un fin de semana en Bs.As.

Cuando una vive en Montevideo y se escapa el fin de semana a Buenos Aires, la visita se resume más o menos así: compras, compras, compras….

Pero además cuando una es extranjera intenta empaparse de la ciudad y de su historia y de su gente al máximo, ¡y ahí empiezan los problemas de logística!!

Llegué el viernes de noche, no habían remises en el aeropuerto así que me dirigí a la cola de taxis, claro que de haber sabido que me costaría 40 minutos “coger” un taxi quizás hubiese pedido un remis ! El punto es que la gente no se cansa de advertirte lo peligroso que es tomar un taxi en esa ciudad, así que mientras los mosquitos te acribillan, en serio eran como un híbrido entre un F-18 y un Mirage F-1, una se va asustando a sí misma…. ¿Y si me toca un taxi trucho? ¿Y si me timan? Pero peor, ¿y si me atracan? Y conforme pasan los minutos se decide a hablar con la compañera de espera inmediata, historia de tranquilizarse un poquito. Lo divertido de los viajes es que te encuentras con la gente más insospechada en los lugares más comunes. En este caso mi vecina de cola vive en Buenos Aires pero trabaja en el mismo parque tecnológico que yo, y casi no tiene amigas en Mtvdeo. ¿Nos haremos amigas? Tras compartir el taxi e intercambio de tarjetas llegué al hotel.
Hotel donde existen habitaciones privadas que uno de los porteros le había alquilado bajo mano a una compañera de trabajo…. Suena ya bizarro ¿verdad? Me ahorro entonces el final de la historia. Lo bueno es que estaba en pleno Corrientes.

El viernes Marietta decidió acostarse pronto (es un decir) para atacar la maratón del sábado, léase:
visita al Museo Nacional de Bellas Artes, tres horas, para perderse después en la Plaza de Francia visitando la Basílica del Pilar, y comiendo en Recoleta. La visita al cementerio tendrá que esperar, una vez más, porque sin ni siquiera pedir café me dirigí a Palermo de compras… Descubrí varias diseñadoras argentinas que me fascinaron, hice el pleno y vacié la tarjeta, trayéndome además dos conjuntos completos de una tienda que me encantó. La marca se llama Dorina Vidoni y desde luego hacia años que no encontraba algo tan agradable para vestir en verano. Un lujo al tacto.

Estábamos entonces en la sangría de la tarjeta cuando ya agotada y con los pies aullando con voz propia se impusieron dos realidades: no sobreviviría a otra tienda y ya no llegaba al teatro.
Porque uno no puede visitar Buenos Aires sin acudir al teatro o a algún espectáculo.
Pese a haber pasado parte de la noche anterior seleccionando obras en guías súper anti-prácticas se decidió por unanimidad ducha en clave 1, elección de ropa para asistir al espectáculo en clave 1, sección maquillaje y peluquería en stand by para mejores ocasiones, y elegir espectáculo según disponibilidades...
Con los pies destrozados pero subidos a unos tacones divinos, Marietta y su Compi se dispusieron a recorrer la calle Corrientes en busca de la obra perfecta. Aunque el 90 por ciento ya habían comenzado y terminaron en una comedia musical llamada “Sweet Charity” protagonizada por Florencia Peña, actriz de larga trayectoria y bastante conocida aquí por la versión argentina de “Casados con Hijos”. Y fue muy divertido. Una elección acertada porque la verdad, ¿quién termina un agotador día de vorágine callejera consumista con una tragedia griega?
Bueno aún tengo pendiente ir a ver una típica revista argentina donde encontrar un personaje autóctono e impresionante que es “la vedette” argentina.

De vuelta al hotel.

A la mañana siguiente visita a San Telmo, rastro que adoro. Y que merece otro post por si solo.
Y corriendo al aeropuerto para volver a Mtvdeo. Es impresionante aterrizar en medio de Bs.As. Aeroparque es un poco como nuestro puente aéreo. Solo que de las tres veces que he ido a Bs.As ni una sola, repito ni una sola, el avión de regreso ha salido en hora.
La primera vez el vuelo directamente no existía, la segunda se retrasó la salida hasta las 01.00 y uno trabaja al día siguiente. Y la tercera, bueno pues cancelaron el vuelo de regreso y tuve que tomar el siguiente.

Por cierto os he contado que descubrí el deleite del Free Tax?

Los must mañana.

Patio interior en el Pasaje de la Defensa en San Telmo