Siempre creí que los parisinos estaban tarados con sus perros. Pero eso era antes de mudarme a Montevideo ¡y convertirme en la loca del perrito!
No tomé conciencia de ello hasta que un día en la peluquería se acercó una señora:
¿Tú estabas en el vuelo Paris-Valencia del …..?
Si, ¿por qué? Le contesté
¡Yo también estaba!, te sujeté a la perrita mientras ibas al servicio, en la sala de embarques, ¿no te acuerdas?
Ay si, ¡disculpe no la había conocido! … pero eso fue como hace cuatro meses no?!
Me ahorro la cara de éxtasis de mis peluqueros fans uruguayos de Lola (la súper perrita), ¡Es divina¡ le decían a la señora, ¡y se porta tan bien! ¡La lleva a todos sus viajes como las artistas (juro que el comentario es cierto)!
Cuando vivía en Paris siempre me alucinó que uno se sentase en un café y el camarero le diese de beber al perro antes que a usted. Que Bonnie la bull terrier derramase el cubo de agua entero (cosas de bull terrier) en muchas brasseries de la ciudad y que todo fuesen sonrisas y disculpas, pero cuidado con derramar el café, porque la cara de perro de la camarera gala…..
Siempre me sorprendió que le diesen de comer a sus animales en los mismos platos que utilizaban para ellos, y más sabiendo como friegan los platos en algunas casas…. He llegado a cruzarme un afgano con botas de agua un día de lluvia. Nunca supe si para proteger sus ilustres patitas o la moqueta de sus dueños.
Pero creo que lo más surrealista fue el día en que Sophie me pidió que le acompañase a Vuitton a comprarle una correa a Jackie.
Y allí nos vamos las dos. Hacemos la cola entre los japoneses (ahora clientas chinas), nos sentamos con la vendedora y tras elegir el modelo, como alumnas aplicadas sacamos las medidas del perro. Solo que Sophie había tomado las medidas en pulgadas y el perro se había quedado en NY.
La dependienta se declara incapaz de hacer la conversión, pedimos una tabla al encargado….no nos salen los cálculos. Probamos de nuevo, no le salen a él tampoco. Por lo visto éramos todos de letras.
Llamo a mi padre al móvil, ¿Papa, tú sabes cuánto es una pulgada?
2.5 cm. ¿por qué? ¿Qué pasa cariño? No nada ya te contaré... por cierto, cuánto son…..
Un must: que tu perro tenga su propio bolso de viaje.
Los más prácticos http://www.sherpapet.netcreados por una ex-azafata americana acostumbrada a viajar con animales. El de Lola cuenta con compartimentos para la botella de agua, los documentos, la comida, una anilla para la correa, monedero extraíble, ¡y se mete en la lavadora!
Mi preferido: el bolso para perros 40 de Louis Viutton, 1010 €
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1 comentario:
y a mí ke me parecía caro el arnés de 60 leuros para mi malinois y que compré en la tienda de animales del pueblo!!!!!
yo tb soy amante de los perros, al menos del mío, que lo tengo bien malcriado
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